Una persona en su vida puede llegar al desarrollo energético, físico o intelectual. Y no sé, si para bien o no, podrá percibirlo, no al comienzo del camino, sino, en el mejor de los casos, después de 40 años de su vida.

Por lo demás, mis elucubraciones sobre el pasado ya no caben en el marco del presente, y menos aún, del futuro. La gente se acostumbra a lo fácil, a los productos mutilados, al estar sentado delante del televisor, en general a mucho de lo que lo priva de lo más importante: el análisis. Incluso si el hombre utiliza esta palabra, de todas formas, en realidad, no está listo para la realización que está escondida detrás de esa palabra. Y aunque el análisis se desarrolla en el tiempo, desde el inicio se necesita la protesta a sí mismo: “no sé”, “no puedo”, “no soy capaz”.

Yo, nacido en el tiempo del comunismo Zen, no pude aceptar seriamente la vida refinada.  El Buda dice: aléjate de las ilusiones. Pero para entenderlas, se necesita modificar la vida refinada, vainillada. Hoy en día no hay nada para cultivar, ni hay con qué hacerlo. Los conocimientos se diluyeron, las nociones se fueron, el cuerpo se refinó. Y ahora escribo una biografía sobre mí, para mí mismo, esencialmente poniendo énfasis  sobre mi lucha conmigo mismo. Y abro una nueva lucha con la modestia.

En realidad, también para mí llegó el momento, cuando yo mismo puedo decir que tengo una biografía. Mejor dicho, tengo varias. Es la biografía de ChOM, la biografía de Jie Kong, la biografía de Ben Chelero, la biografía de Shaaban, la biografía de Gleb Cherny y una pequeña biografía de Oleg Cherne.
 
Mi vida se conformó de tal forma, que se dividió en tres grandes partes, y una pequeña. La búsqueda, la lucha con la importancia de uno y la historia privada, la evasión de la sociedad y de la vida en la misma. A cada uno de esos períodos le corresponde su nombre. ChOM, es justamente Cherne Oleg Mikhailovich, cuyo nombre fue adoptado por mí durante el período del acecho de la KGB.  Jie Kong es mi nombre taoísta y está relacionado con mi evasión de la sociedad. Ben Chelero es el nombre de la llamada, relacionado con el sello solar maya XIII y con el día de mi cumpleaños, el nombre del principio revolucionario y de la lucha constante con uno mismo. Y por último, el nombre social: Gleb Cherny.

Declaré el año 2009 como el año de la lucha con mi modestia. Por lo tanto, no me queda otra cosa que declarar que detrás de todos estos nombres, con los que fueron firmados decenas de artículos y libros, hay una persona: Oleg Cherne.

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