Geometría espacial: Centro Cultural y Educativo “Ethnomir”

Viva como viva, quiera lo que quera, el ser humano siempre se fiará de su gusto y sensaciones. La posibilidad de perfeccionarse en su gusto, abrir y enriquecer sus sensaciones, se le da cuando aparece la oportunidad de mirarse a sí mismo y a su cultura por afuera. Y el Centro Cultural y Educativo “Ethnomir” nos da esta posibilidad. El centro está situado en zona ecológicamente limpia y pintoresca a 10 km de Bórovsk (Óblast de Kaluga) y a 90 km de Moscú. El proyecto fue inventado con el fin de unir en una tierra, en un espacio cultural único, los logros de las culturas mundiales en el dominio de la arquitectura, música, artesanía, pero ante todo, el desarrollo del ser humano en todos los aspectos de la vida. Es un espacio, un principio fundamental que es la igualdad general de las culturas.

El cuerpo humano posee la naturaleza de los cinco gustos y el ser humano pude considerarse como armónico, en caso de capaz de comprender y transformar sus sensaciones gustativas. Por eso se necesitan experiencia, examen, análisis. El estudio de las diferentes culturas, sobre todo, llena a la persona, permitiéndole percibir y gustar el color, el sonido, el espacio, el líquido, la comida, el movimiento. Y antes de esperar la armonía del mundo, debemos alcanzarla en nosotros mismos.

Pero la armonía no vendrá por sí misma, se necesita tradición que enseñe al ser humano vivir en armonía. Es importante conocer las diferentes culturas, obtener la posibilidad de conocerse a través de su prisma y cuando eso se realiza en un lugar bastante particular, donde se representa arquitectura étnica diferente, en las condiciones del hermoso paisaje natural, entonces se les dan oportunidades específicas a aquellos que están en búsqueda, duda o agobiados por la carga pesada de la metrópoli.

La unificación del ser humano con la naturaleza, hoy en día se parece a una búsqueda de civilización perdida. Es una tarea bastante difícil si la persona se ha desacostumbrado a sentir, determinar el aroma y el color, sentir el agua y comprender el significado del pensamiento. Sin todo esto, el hombre no puede ser fisiológicamente feliz, dado que la felicidad es una creación. Y es difícil comprender esto al estar en espera o en prisa de algo. La felicidad se obtiene en el proceso del conocimiento y e desarrollo. Ésta no puede ir separada por el conocimiento de los sentimientos, de la cultura, la tierra, donde uno puede disfrutar de la concepción de su naturaleza, la naturaleza humana.

Independientemente de qué hace una persona, su actividad dependerá de sus sentimientos o emociones y esto es la base del conocimiento del gusto. En su naturaleza, el ser humano es art-objeto, arte de la naturaleza, que debe plasmar en su vida. Por eso el intento de comprender nuestra propia naturaleza o cultura a través del prisma del dialogo, la comunicación y el estudio, es acto muy importante con cuya ayuda podemos conocer y experimentar nuestra propia naturaleza en su volumen completo, tanto nacional, como también individual. Al destacar el espacio de “Ethnomir”, destacamos sobre todo, la posibilidad de la gente de encontrarse en un mundo cognitivo y no de consumo, de lo contrario se nos resultara difícil hablar del gusto y su calidad.

La idea del conocimiento es universal para todas las culturas

Cualquier cultura nacional, costumbres y forma de vida, están formados por la fuerza y la particularidad de la tierra en que vive la gente. Pero no solo el espacio da su poder a la gente: la historia, el folclore y la mitología, la cocina nacional y la artesanía, también determinan el conocimiento y el llenado relacionado con la cultura del espacio.

Las nacionalidades incorporan su comprensión acerca de la proporción del lugar en su arquitectura. Y en los pueblos más distintos existen principios comunes, que se expresan en las diferentes culturas a su manera. Por eso, la idea del proyecto “Ethnomir” es de crear espacio único parecido a la creación de la fuente vivificante que es capaz de nutrir y unificar gente de las nacionalidades y religiones más diferentes.

“Ethnomir” demuestra la singularidad de nuestro planeta como espacio completo en la diversidad de las culturas nacionales, su artesanía, museos, tipos de cocinas y tradiciones, que lleva a la comprensión de la esencia de la existencia humana, la comprensión de la tierra en que vivimos, la comprensión de nuestra propia naturaleza. Por supuesto las diferentes personas se pueden describir y caracterizar de diferente manera, pero al mismo tiempo todo el mundo posee naturaleza común. Ni una sola persona puede decir que se distingue de los demás en su construcción. La diferencia consiste únicamente en la naturaleza y el carácter de pasar nuestra vida.

En la idea de “Ethnomir” radica algo más que un simple intento de mostrar el folclore étnico, arquitectura e instrumentos de la artesanía. El proyecto tiene como objetivo unificar el mundo externo con el mundo “interno”, ser puente entre la cultura nacional e interna.

“Casa del Universo”: proyectos y tradiciones de “Ethnomir”

“Ethnomir” se plantea la traea de crear espacio de creación, o sea, etnoespacio, como lo llama el fundador del proyecto y su inspirador Ruslan Bayramov. De hecho, este proyecto único encarna la idea de los escitas, quienes recogían conocimientos del todo el mundo, pero localmente por desgracia, dado que por desgracia no lograron ponerlos en práctica.

La idea de los escitas consiste en el intento de mejorar las fuerzas naturales a través de la ligación de diferentes cualidades naturales en la forma de dioses, por eso recogían todo lo mejor de todas las culturas y beber estos conocimientos a través del recipiente ritón que habitualmente se elabora de cuernos de toro.

Según los criterios de proporción, “Ethnomir” se apoya en el acervo mundial de proyectos similares de etno-pueblos. Se trata de los siguientes proyectos: “Laponia” (Suecia), “Bandiagara, tierra de los Dogón” (Malí) “Uluru” (Australia), “Hortobágy” (Hungría), “Tongariro” (Nueva Zelanda), “Koutammakou” (Togo), “Pueblo Sogdiana” (Tayikistán). Esta no es la lista completa de tales proyectos del mundo, en absoluto, y éstos llevan gran variedad de predestinaciones. Sin embargo, resulta difícil encontrar tal pueblo cual contiene en sí tantas culturas, como es el “Ethnomir” de Kaluga.

Según la idea de Ruslan Bayramov, la presentación de las diferentes culturas se realiza a través del sistema de etno-casas: “Para mostrar la diversidad de nuestro mundo, hemos decidido presentar cada país, cada nación a través de la recreación autentica de ento-casa, en que están situados armónicamente edificios étnicos destinados a ser casa-hotel, artesanías maestras, museos, restaurantes de concina tradicional, tiendas de recuerdos y otros edificios que representan la diversidad de la vida tradicional”. En cada etno-casa vive el guardián de la tradición nacional.

Entre las casas representadas en el espacio del Centro, cabe destacar el horno ruso. El arte de controlar el fuego es uno de los artes más misteriosos y sagrados. Indudablemente “Ethnomir” impresiona a los huéspedes del museo con el complejo “Ruskaya Pech” (El horno ruso), que es el horno más grande en el mundo.

El horno es el recipiente símbolo para la tradición eslava. Junto con los tejidos bordados, la hogaza, o el pan sagrado “pirog” (pastelón), el horno es símbolo solar del cambio y el crecimiento.

El horno destaca de manera específica en el espacio de “Ethnomir”, dado que es el símbolo básico de la regulación del espacio donde vivía la gente. Tal tipo de horno es sagrado, dado que puede regular el balance térmico del espacio, su proporción. No es casual el que el símbolo del horno transmite al espíritu humano a otro mundo. “Cuando un persona duerme en determinado balance térmico, puede viajar”, así cuentan las leyendas y mitos eslavos.

A pesar de su simpleza aparente, en realidad el horno es guardián de conocimientos específicos. Éste tiene una actitud afable y respetuosa hacia el espacio que ubicamos. Y el hecho de que el horno ha formado determinado ritmo de existencia humana, generando diferentes previsiones, ya nos dice mucho.

Geometría espacial

“Ethnomir” es un lugar para el que la geometría espacial llegó a ser principio básico de existencia. Cada espacio que tiene geometría, guarda en sí fuerza, información, capacidades de realización de calidad. Es un fondo informativo peculiar para la humanidad. Tales tipos de espacios deben ser creados, para que el ser humano pueda recuperar sus fuerzas y obtener caudal creativo adicional. Y es muy actual cuando a su lado existe una metrópoli enorme. Y en este caso tal ciudad es Moscú.

Vamos a centrar la atención especialmente a los representantes de las culturas de los pueblos nómadas en “Ethnomir”. Es una tarea bastante difícil de realizar, dado que la vida nómada presupone otra comprensión del espacio, particular. Los nómadas trataron de conocer aquello que para muchos pueblos fue enigma. Estando siempre en busca de algún país misterioso, nos han traído idea de las amazonas, monstruos, cíclopes y gente de diferentes países enigmáticos… Muchos conocimientos que hoy en día han llegado a ser naturales para nosotros, son imágenes de los pueblos nómadas. ¡Qué decir de la caballería de un solo ojo de las escitas, los arimaspos, alabada por el padre de la historia, Heródoto!

Precisamente gracias a los nómadas, el islam llega a ser en período tan corto de tiempo, una de las religiones más poderosas del mundo. El mundo específico de los nómadas, a pesar de la diversidad de los lugares que habitaban, se realizó precisamente a través del espacio que se formó gracias a las construcciones que erigían durante sus paradas. Por sí mismo, el espacio representaba determinada geometría interna.

Por mucha gente, los nómadas fueron percibidos como bárbaros, debido a la incomprensión y la falta de conocimiento de su patrimonio cultural y el miedo que les tenían ante su poder. Los nómadas fueron personas que poseían fuerza particular y no tenían qué perder, pero al mismo tiempo sabían muy bien qué era lo más importante que debían tomar. Precisamente a esta cultura de existencia específica destacó Zaratustra en su tiempo.

Y no importa si hablamos de los hunos, úgricos, sármatas, jázaros, kipchaks (cumanos), kirguises, calmucos, turcomanos, kurdos, turcos, daur, los mongoles, o los buriatos, dado que de todos modos se trata de gente que siempre ha puesto la geometría del lugar superior a su propio estado y bienestar.

La fuente de poder del siglo XXI

Si en la tierra existe una verdadera cultura, entonces es del aire, el agua y la tierra. Y si encontramos la combinación correcta de estos elementos, entonces en tal lugar aparece y se desarrolla cualquier cultura. Donde está presenta la armonía, está ausente la subjetividad, que está en conflicto con el mundo circundante de algo existencial parcial, partes de lo todo se completan armónicamente entre sí.

No obstante, todos los intentos de encontrar el tótem correcto y necesario ya ha quedado en el pasado. La tarea actual es de crear centro energético, fuente-egrégor, que sustituya para la sociedad moderna, al tótem. “Ethnomir” presenta precisamente la idea de tal tipo de egrégor de la nueva generación.

La creación de egrégor peculiar plasma la idea de cualquier cultura, nación, fuertes y nos conecta con la idea del San Pafnucio de Borovsk, el nieto de baskaki de la familia de kanes mongoles, un viejo famoso durante el siglo XV. Hoy en día, igual que el fenómeno Pafnucio, observamos el renacimiento de gran parte de sus ideas en el proyecto “Ethnomir”, donde ante todo, la idea y no el lugar es el prototipo de la fuerza que une la gente y no la divide.

Sin embargo, únicamente el lugar lleno de esencia interna pudo aceptar tal idea y darle la oportunidad de crecer. Es lugar donde cada uno puede sentir el poder de diferentes culturas que posee naturaleza divina. La dirección de Kaluga se funde con zonas y fuentes específicas, de las que, por supuesto, destaca la fuente del San Pafnucio de Borovsk, el río Protvá, Ismá, Luzha, Nara.

La permanencia en el espacio de “Ethnomir” llena al ser humano de fuerza desconocida hasta ahora. Independientemente de qué hace uno en este lugar, no sentirá cansancio. Y lo principal es que “Ethnomir” tiene su propia alma abierta para cada persona. Se expresa en muchas manifestaciones, llena a cada persona que está preparada para esto.

29 septiembre 2009

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