Oleg Cherne

La Iluminación

La Iluminación puede tratarse desde aspectos muy diferentes, desde el no hacer hasta la obtención de la claridad. En realidad debemos considerar este proceso como fisiológico, ya que hoy en día tiene un aspecto psicológico no sólo para el “iluminado”, sino también para los que le rodean. Todo esto lleva a los seguidores del Camino a una ilusión y sobre todo, no les da la claridad, sino sólo la proclama.

De hecho, uno u otro seguidor o buscador del Camino implícitamente buscan o aspiran la Iluminación. Esto a menudo rompe la naturaleza personal del desarrollo, ya que al adquirir ciertas propiedades de la consciencia de frecuencias más altas (que determinan hasta un cierto grado la Iluminación), una persona pierde el control no sólo sobre el proceso, sino también sobre sí mismo y de hecho, se convierte en un representante de la “clase iluminada”, pero no la expresa. Yo llamo a estos ascetas “espíritus”. Tampoco se puede decir que estas personas tienen algo de claridad o algún conocimiento universal, ellos simplemente se convierten en un formato controlado por lo extrasensorial.

Para adquirir la claridad no es necesaria la Iluminación, sino un cuerpo unido y una mente sintonizada a este cuerpo. Esto permite adquirir experiencia en el Camino y junto con ella, una consciencia, que en el principio necesita no tanto la fuerza como la experiencia.

Ninguna revelación o fenómeno milagroso determina las cualidades personales del hombre, aunque esté dotado de ciertos índices altos. En la tradición taoísta a la Iluminación no le prestaban atención en absoluto, puesto que cualquier practicante pasaba por ciertas formas de la revelación. Lo mismo también declara el sufismo y el Dzogchen.

En realidad, no es tan fácil corresponder a diferentes niveles, pasando de un nivel a otro. Muchos aspiran a la cima y se liberan de toda la responsabilidad de cómo y qué se puede hacer con los índices de más alta frecuencia. En general, en muchos Iluminados la fuerza de la mente es mucho más débil que la fuerza de la Iluminación y esto lleva a la obsesión. Si consideramos los que alcanzan o adquieren la Iluminación, lo primero que llama la atención es su nivel mental, que es bastante bajo, o sea, la baja o la total falta de capacidad de manejar los conocimientos.

Esto, por supuesto, no es una situación crítica, pero es importante entender la diferencia entre los estados, especialmente para los que aspiran a la transformación y no tratan simplemente de unirse a la Corte Celestial. Para mí, si la gente no conoce el Arte de la concentración, está condenada a ser dependiente de los estados que acompañan a lo que llamamos “Iluminación”. Yo, de hecho, insisto en la sobriedad en el Camino, de lo contrario, esto puede llevar a un juego consigo mismo y con los demás.

Hoy en día, cuando el ser humano pierde las habilidades básicas de razonar, para él no importa qué clase de espacio representa, aunque sea tan atractivo. Considero que hoy, por lo general, la Iluminación como una forma de emoción, cuando una persona adquiere un estado emotivo, pero es incapaz de hacer cualquier cosa con este estado. Sin embargo, este estado puede hacer un sin fin de cosas con la persona.

11 marzo 2013

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